Siempre se ha dicho que consumir marihuana afecta a la memoria. Sin embargo pocos saben que esto solo ocurre a corto plazo, que los usuarios siguen acordándose de cosas pasadas y que los componentes psicoactivos ayudan a olvidar experiencias trágicas, a regenerar algunos procesos cerebrales cuando se sufre un trauma e incluso a prevenir demencias y enfermedades neurodegenerativas. 

Habitualmente se asocia el consumo de marihuana con pérdidas puntuales de memoria, mientras que sus usuarios suelen ser vistos como personas distraídas y olvidadizas. Sin embargo, es necesario analizar qué dice la ciencia sobre este aspecto para saber cuánto hay de verdad detrás de estas afirmaciones, muchas veces sostenidas por quienes solo resaltan los aspectos negativos del cannabis y no intentan buscar los positivos.

Es verdad que uno de los efectos más evidentes de la marihuana es alterar la memoria a corto plazo, lo que hace complicado que se creen nuevos recuerdos mientras se consume. Sin embargo, existe una importante excepción que pocos conocen: que, aunque el componente activo de la marihuana (THC) afecta de diversas formas a la memoria, no altera los recuerdos que ya existían antes del consumo.

Además, el efecto de la planta siempre depende del nivel de consumo. Según explica Yannick Marchalant, psicólogo de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos), se sabe que una dosis baja de cannabis no va a afectar a la memoria, sino que incluso la mejorará. Él y su equipo de investigación han demostrado, en un experimento con ratas, que la planta puede generar este efecto. Saben que es demasiado pronto para generalizar y aplicar los mismos resultados a los humanos, puesto que aún son necesarios ensayos clínicos, pero confían en que se obtengan las mismas conclusiones y en que pronto puedan desarrollarse medicamentos específicos para este ámbito.

Los investigadores de Ohio también apuestan por aplicar la hierba para prevenir enfermedades neurodegenerativas asociadas a la edad. Según comentan, la inflamación que las provoca y afecta al cerebro y a la memoria podrá prevenirse con productos cannábicos, tal vez, de aquí a 20 años. Este tipo de fármacos podrían ser recetados a adultos sanos que quieran combatir la demencia antes de que llegue. No servirán, muy posiblemente, con quienes ya la sufran.

También explican que, mientras que durante la juventud las neuronas se reproducen y la memoria funciona bien, con la vejez ese proceso se ralentiza y disminuye la formación de nuevas células. El THC podría ayudar a su creación y, con ello, a que las personas sean capaces de retener más información y generar más recuerdos.

No obstante, los investigadores estadounidenses saben que el componente psicoactivo por si solo no es suficiente, sino que es necesario encontrar los receptores endocannabinoides adecuados para enviarles el medicamento directamente y lograr que actúe sobre un foco concreto.

Además, y aunque habitualmente se piensa que dosis más elevadas pueden generar un efecto más perjudicial, algunos estudios muestran que quienes están acostumbrados a la hierba son mucho más tolerantes a sus efectos. Es más, aunque el THC afecte de alguna forma a la memoria, se ha demostrado que el CBD en grandes cantidades ayuda a paliar sus efectos. Y no solo eso, pues puede revertir la pérdida de memoria causada por una lesión cerebral, incluso cuando se administra meses después de sufrirla.

Si bien hay quien lo piense, hay que indicar que consumir marihuana nunca provocaría la desaparición total y definitiva de la memoria. En todo caso, y aunque se produzcan pequeñas pérdidas, las investigaciones demuestran que esa función vuelve a la normalidad cuando el consumo de la hierba se detiene.

Desde otro punto de vista, son muy conocidas las investigaciones científicas sobre cómo el cannabis terapéutico podría ayudar contra el alzhéimer y retrasar su progresión. Los estudios indican que la enfermedad comienza a manifestarse cuando los cannabinoides endógenos del cerebro o endocannabinoides se ven afectados, según una investigación de la Universidad de Stanford.

Estos compuestos, que se producen de forma natural por el cerebro, imitan el efecto de los compuestos de la marihuana y juegan un papel fundamental en la memoria y en el aprendizaje. El THC estimula la obtención de proteínas asociadas con la formación de la memoria y con el desarrollo de las células cerebrales. La acción conjunta de THC y CBD en casos de personas con memoria perjudicada actúa como neuroprotectora y hace que la memoria no continúe deteriorándose.

Por otro lado, aunque es cierto que el cannabis debilita las conexiones neuronales en el momento del consumo, esto puede ser aprovechado desde el punto de vista terapéutico para remitir ciertos problemas. Así, cuando alguien padece algún tipo de estrés suele reducirse su nivel de endocannabinoides, lo que afecta a las emociones y al comportamiento y produce sensación de dolor y ansiedad. Aplicar THC y CBD hace que esos endocannabinoides vuelvan a generarse con normalidad y la ansiedad y depresión se reduzcan.

De la misma forma, el sistema endocannabinoide del cuerpo, al tener compuestos similares a los de la marihuana, suele ser el encargado de regular la formación de esa memoria y funciona como un filtro que evita que el cerebro se cargue demasiado de recuerdos irrelevantes, desagradables o que puedan afectar al usuario.

Es más, este sistema está directamente implicado en la eliminación de recuerdos negativos o traumáticos. Sin embargo, pocas veces se habla de la importancia del THC para provocar el olvido. Esto lo convierte en una parte fundamental para luchar contra esos trastornos de ansiedad y estrés postraumático. Ahora, el objetivo de muchos estudiosos es desarrollar un fármaco cannábico pensado precisamente para esta aplicación, puesto que los expertos son conscientes de que los tratamientos antidepresivos actuales no son eficaces.

Parece cierto que, si bien los estereotipos sobre el cannabis lo vinculan con problemas de salud, la relación entre el sistema endocannabinoide, el aprendizaje y la memoria es tan compleja que requiere mucho más allá de un análisis simplista.