Un comité de expertos de la Agencia para la Seguridad de los Medicamentos francesa (ANSM) ha emitido una opinión favorable sobre la legalización del cannabis medicinal para ciertas patologías y bajo condiciones específicas de prescripción. Tras revisar las conclusiones, la Agencia anunció su deseo de ver una experimentación con marihuana para uso terapéutico antes de finales de 2019. ¿Nos dirigimos hacia una legalización del cannabis en el país vecino?

Luz verde para el cannabis medicinal en Francia, aunque con importantes limitaciones. La Agencia Nacional para la Seguridad de los Medicamentos (ANSM) aprobó el pasado 13 de diciembre (tres meses antes de que venciera la solicitud formulada por la Ministra de Salud, Agnès Buzyn) las conclusiones de un comité de expertos independientes que apoyan la autorización del cannabis medicinal "en ciertas situaciones clínicas y en casos de alivio insuficiente o poca tolerancia a los tratamientos existentes".

Concretamente, la utilización del cannabis medicinal se restringe para casos de dolor refractario, ciertas formas de epilepsia, cuidados de apoyo en oncología, situaciones paliativas y contracciones musculares que afectan a pacientes con esclerosis múltiple. Se trata de "unos pocos miles de enfermos en Francia que no experimentan alivio con los tratamientos convencionales", según el profesor Nicolas Authier, quien preside el comité de expertos que ha realizado las recomendaciones.

Además, en un comunicado emitido el pasado 27 de diciembre, la Agencia Nacional para la Seguridad de los Medicamentos anunció su deseo de ver una experimentación con cannabis para uso terapéutico antes de finales de 2019, para su plena implantación a lo largo de 2020, siempre y cuando salga adelante la decisión política para introducir una posible enmienda legislativa que legalice su uso.

¿Quién puede prescribir este cannabis terapéutico?

Para el director general de la ANSM, Dominique Martin, el objetivo de este experimento supervisado sería "probar las propuestas del comité de expertos en términos concretos” y responder a preguntas como dónde se producirá este cannabis terapéutico, qué circuito de distribución tendrá, si se recetará por medio de médicos especialistas o cómo se hará el seguimiento de los pacientes, con un registro para evaluar sus beneficios, pero quizás también sus riesgos. Según Martin, "la experimentación ahorraría tiempo" porque se haría en un marco legal "más ligero" que en un estado de generalización inmediata.

Además habría que definir primero la dosificación y la forma de administración, aunque ya existe un aspecto claro: el cannabis medicinal no se consumirá en forma de humo debido a lo nocivo de las sustancias resultantes de la combustión, recomendándose entre otros posibles modos de administración el aerosol, los aceites, las gotas sublinguales o los parches transdérmicos.

Finalmente, los expertos deberán establecer un precio y bajo qué condiciones puede ser reembolsado por la Seguridad Social (algunos usuarios mencionan cien euros mensuales). Estas son algunas de las preguntas que deberán resolverse durante cuatro reuniones de expertos que se llevarán a cabo de enero a junio de 2019. Y si se materializa la experimentación en sentido positivo, Francia se uniría a la treintena de países que ya permiten el cannabis terapéutico, como Noruega, Canadá, Suiza, Israel, algunos estados de EE.UU. o Turquía.

Un medicamento hoy inaccesible

Los pacientes franceses que utilizan el cannabis terapéutico se han visto obligados hasta el momento a recurrir al mercado ilegal, sin ninguna garantía sobre la calidad de los productos, o a ir a países donde se permite el cannabis medicinal, como Suiza. Y muchos son perseguidos por la justicia por haber cultivado algunas plantas para elaborar su propia medicación. Una verdadera carrera de obstáculos para personas que lo único que buscan es una solución a sus dolencias. Los testimonios muestran una clara mejoría en determinados pacientes, especialmente con respecto a la esclerosis múltiple, por ejemplo, una patología muy dolorosa por su dolor muscular.

De hecho en Francia, solo un medicamento a base de cannabis, Sativex, tiene la autorización de comercialización para la rigidez y las contracciones musculares de la esclerosis múltiple, pero ni siquiera ha llegado a las farmacias por falta de acuerdo de precios entre el laboratorio y las autoridades sanitarias. Otros medicamentos, como el Marinol, solamente está disponibles con una autorización temporal, lo que limita considerablemente su uso.

Las terapias farmacológicas producen numerosos efectos adversos gástricos, hepáticos y renales. Es por eso que esta elección del cannabis parece indispensable para algunas personas. A esto se suman los problemas de enfermedades que la marihuana puede aliviar sin la ayuda de los llamados medicamentos "clásicos ". En este contexto, la supervisión y la regulación serán indispensables para acompañar a los beneficiarios y, por lo tanto, para identificarlos mejor.

Además, las consecuencias del desarrollo del cannabis terapéutico superarían los límites del sector médico, ya que la probable apertura de nuevas oportunidades económicas en tiempos de crisis ha ganado el apoyo de gran parte de la clase política después de observar el crecimiento de este mercado en otros países. Su impacto potencial en el empleo, o incluso en la remuneración de los agricultores involucrados, también será evaluado en las distintas reuniones del comité de expertos durante este 2019.

Se trata pues, de un primer paso hacía lo que podría ser una legalización del cannabis medicinal en Francia, aunque habrá que estar muy pendientes de las decisiones políticas finales que acompañarán a esta posible regulación.