Investigadores israelíes han conseguido un hito clave para tratar a pacientes con dolor crónico. Según sus conclusiones, el cannabis funciona mejor que sustancias como la morfina para tratarlo, ya que, además, no genera efectos secundarios que derivan en trastornos del ánimo. Shaul Lev-Ran, el doctor que ha dirigido el estudio, espera que esto sirva para crear nuevos medicamentos con cannabinoides.

Cada día surgen nuevos beneficios médicos del cannabis. Sea para tratar el cáncer, las convulsiones o los dolores crónicos, las variedades ricas en CBD son un placer para los sentidos y también una ayuda para nuestro cuerpo. Ahora, un nuevo estudio aporta más datos interesantes sobre su poder para combatir a la ansiedad y la depresión.

De acuerdo a investigadores israelíes, aquellas personas que consumen marihuana tienen menos posibilidades de sufrir estas dos enfermedades. Ya sabíamos que algunas variedades aportaban un efecto relajante o motivador que ayudaba en el humor de los consumidores; ahora también se puede concluir que existe un efecto protector para los pacientes con dolor crónico y que sufren estos síntomas al ser tratados con algunos medicamentos. 

Para llegar a esta conclusión se estudió a 880 enfermos de dolor crónico de todo el país. Divididos en tres grupos, les administraron cannabis terapéutico a 329, opiáceos analgésicos a 464 y una mezcla de ambos a 77. El estudio encontró que los pacientes con dolor crónico tratados con cannabis medicinal sufrieron menos efectos secundarios (depresión y ansiedad) que los que tomaron analgésicos opioides como la morfina.

La principal hipótesis es que el cannabis mitiga los efectos de los opiáceos, que podrían conducir a estas dos enfermedades como efecto secundario. En concreto, un 48 % de los pacientes tratados con opiáceos tuvieron luego algún tipo de ansiedad, un porcentaje que se reducía al 21,5 % en el caso de aquellos que solo eran tratados con cannabis terapéutico. En cuanto a la depresión, hasta un 57 % que solo fueron tratados con sustancias como morfina tuvieron síntomas de dicha enfermedad; en el caso de quienes tomaron marihuana, el porcentaje era muy parecido al otro, de un 22 %.

El estudio también señala que los opioides por prescripción son uno de los tratamientos más comunes para el dolor crónico, pero que en los últimos años está aumentando el número de recetas de cannabis medicinal para controlarlo. Esto sucede en Estados Unidos (que está viviendo una gran ola legalizadora) y en otros países del mundo, de ahí que el estudio quisiera comparar los efectos de enfermos con tratamiento de cannabis y opiáceos. De hecho, la investigación israelí concluye que la marihuana debe tenerse en cuenta a la hora de decidir el tratamiento más adecuado para pacientes de dolor crónico, sobre todo si hay riesgo de que sufran estrés o depresión.

El doctor Shaul Lev-Ran, que ha dirigido la investigación, ha asegurado que estos descubrimientos no aumentarán el número de licencias de cannabis medicinal (23.000 israelíes tenían una en 2016, mientras que 36 médicos pueden recetarla), pero sí que podrían ayudar a la creación de medicamentos derivados para el dolor y también para inflamaciones intestinales, autismo o síndrome de estrés postraumático.

En definitiva, el cannabis se ha demostrado como un analgésico más eficaz para el tratamiento del dolor y, encima, ayuda a combatir la depresión y la ansiedad. Usarlo en vez de la morfina hace que nuestro cuerpo sufra menos. Y eso, cuando de enfermedades se trata, es de agradecer.