El Multidisciplinary Center on Cannabinoid Research, la institución de la Hebrew University de Jerusalén dedicada al estudio del cannabis, se prepara para realizar un nuevo estudio con el objetivo de conocer los beneficios del cannabis en el tratamiento de asma. Se trata de una línea de investigación que se inició allá por los años 70 del siglo pasado y que ha seguido progresando en los últimos tiempos, cuando se han conocido los beneficios de la planta para mejorar el rendimiento deportivo. 

Pese a que las aplicaciones terapéuticas más conocidas de la marihuana son para aliviar el dolor crónico, evitar las náuseas, reducir las convulsiones o combatir la depresión y el insomnio, las propiedades medicinales de la planta pueden ayudar al organismo humano de otras muchas formas. Dejando a un lado aquellas que están siendo desveladas gracias al crecimiento a pasos agigantados de la industria del cannabis, existen distintas vías de investigación que se han desarrollado en un segundo plano en las últimas décadas y que ahora vuelven a tomar relevancia. Una de ellas es cómo el cannabis puede contribuir a combatir el asma. 

Se trata de una patología muy extendida a nivel mundial. Tanto es así que, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en torno a 300 millones de personas en el mundo la padecen, causando la muerte de cerca de 2 millones cada año. Ocurre cuando el paciente sufre una inflamación de las vías respiratorias, de forma que tiene dificultades a la hora de respirar que provocan una tos aguda y la sensación de ahogo, obligándoles a llevar consigo inhaladores y otros medicamentos recurrentes a la par que caros. 

Por esto mismo, son muchos los remedios alternativos que desde mucho tiempo atrás han intentado ofrecer otros tratamientos más eficaces y económicos a quienes padecen asma. Desde la ancestral técnica de la acupuntura hasta, claro está, la marihuana. Ya en los años 70, la publicación 'New England Journal of Medicine' hizo público un estudio elaborado por un grupo de investigadores comandado por Donald P. Tashkin, profesor de Medicina de la Universidad de California, que venía a constatar que además de ser mucho más beneficioso el consumo de cannabis que el de tabaco, el humo provocado por la marihuana podría contribuir a mejorar la labor de los pulmones de los asmáticos, al haberse probado un efecto broncodilatador.

Advertían, eso sí, que el humo no podía proceder de un canuto. Pero si bien en aquella época no contaban con los recursos tecnológicos necesarios para desarrollar inhaladores que permitieran a los enfermos de asma mejorar su situación respiratoria con cannabis, ahora sí que es posible: en pleno siglo XXI los vaporizadores podrían ser la alternativa más acertada para permitir que los pacientes mejoren en su día a día.

Las propiedades antinflamatorias del CBD, a estudio

Con estos antecedentes sobre la mesa, la firma británica CIItech, que se encarga de investigar y comercializar productos terapéuticos cuya base es el cannabis, ha alcanzado un acuerdo con el Multidisciplinary Center on Cannabinoid Research, la institución de la Hebrew University de Jerusalén dedicada al estudio de la planta, para financiar un proyecto que trate de desentrañar cómo puede actuar en el aparato respiratorio humano y así saber si puede ser beneficioso su consumo para los enfermos de asma.

Para ello, contarán con la colaboración de Raphael Mechoulam, pionero en la investigación de nuestra planta favorita y el primer científico que consiguió analizar la estructura del THC, y la profesora Francesca Levi-Schaffer, especialista en la investigación del asma. “Sabemos que el CBD tiene propiedades antinflamatorias y esperamos investigar si esto será efectivo para tratar el asma y las afecciones respiratorias relacionadas”, comentaba Mechoulam.

En un entorno tan aperturista como Israel, donde las instituciones apoyan por completo el consumo de cannabis para el tratamiento de distintas afecciones, el equipo de investigadores pretende encontrar nuevas fórmulas con el fin de combatir esta enfermedad. Así, se dejarían a un lado los fármacos tradicionales para controlar esta patología y los corticoides sistemáticos que alivian rápidamente la inflamación.

Según detalla el grupo de investigadores junto con CIItech, su propósito no es otro que crear un producto que, más que un medicamento, sea un suplemento alimenticio. A día de hoy, barajan la posibilidad de crear una especie de inhalador que contenga el CBD indicado para frenar la inflamación de las vías respiratorios de los pacientes con asma. De esta forma, lograrían acortar los plazos que entraña el desarrollo de un medicamento, que siempre requiere de mucha mayor inversión y de unos procesos regulatorios muy extensos.

Confían tener los primeros resultados de sus estudios en la primera mitad de 2018. “Creemos que nuestra investigación proporcionará una solución nueva y efectiva para tratar esta afección”, apuntaba la profesora Francesca Levi-Schaffer.

Beneficioso para mejorar el rendimiento deportivo

Por si todo esto fuera poco, existen otras pruebas que demuestran lo necesario que es continuar esta senda de investigación. Sin ir más lejos, la Asociación Médica Británica ya probó la acción del cannabis en las vías respiratorias para aumentar el flujo de aire que llega a los pulmones, algo que mejora el rendimiento deportivo. A mayor aire, mayor posibilidad de que nuestro organismo consiga el oxígeno necesario que durante las actividades físicas requieren no solo nuestros músculos sino también nuestro cerebro, para así ejecutar las acciones con más precisión. 

Así, con todos estos datos sobre la mesa, resulta fundamental que se lleve a cabo una investigación que ahonde en los beneficios que puede tener el consumo terapéutico del cannabis para el aparato respiratorio en general y para contribuir al bienestar de los asmáticos en particular. Solo cabe esperar que la investigación realizada por el equipo de Raphael Mechoulam y Francesca Levi-Schaffer llegue a buen puerto y, más pronto que tarde, podamos tener buenas noticias que contaros a este respecto.