Cualquiera que haya visto a un ser querido sufrir párkinson, alzhéimer o algún tipo de demencia, sabe lo difícil que puede ser para todos los involucrados. Es desgarrador ver a alguien que te importa luchar por captar pensamientos, recuerdos y conceptos. Pero, ¿y si hubiera un potencial tratamiento basado en el cannabis?

Las cosas están cambiando en el mundo de la medicina a medida que continuamos aprendiendo más sobre el sistema endocannabinoide, que, hasta hace poco, era un misterio. Si bien la investigación a nivel global aún puede ser difícil de lograr, debido a la prohibición en muchas partes del mundo, hay otros lugares donde los científicos ya pueden (y están dispuestos) a trabajar para comprender mejor cómo se puede utilizar el cannabis en nuestro beneficio.

Y uno de los campos más prometedores donde se están logrando hallazgos es en el de las enfermedades neurodegenerativas. A continuación, cinco preguntas para ver cómo esta planta puede beneficiar al tratamiento de dos de las patologías neurológicas más intratables a la que nos enfrentamos, las enfermedades de Parkinson y Alzheimer.

¿Cuál es la relación entre el sistema cannabinoide y las enfermedades neurodegenerativas?

El sistema endocannabinoide regula la mayoría de los sistemas fisiológicos del cuerpo, pero sobre todo el sistema nervioso, donde ayuda a lograr el equilibrio que permite que las células nerviosas individuales se comuniquen. Se ha demostrado que, en cierta forma, el sistema endocannabinoide se ve interrumpido tanto en los pacientes que sufren párkinson como alzhéimer.

En este momento, en el mejor de los casos, tenemos opciones farmacológicas que ralentizan la degeneración de las células y la función cerebral. Sin embargo, un reciente estudio sugiere que la microdosificación de THC, el cannabinoide activo más conocido en el cannabis en dosis bajas, podría revertir el proceso de envejecimiento del cerebro.

En este caso, el sistema endocannabinoide parece jugar un papel importante en los cambios de la función cerebral a medida que envejecemos; y agregar dosis bajas de THC de forma regular podría ser un tratamiento efectivo para el alzhéimer o la demencia.

¿Qué muestra la investigación con cannabinoides y la enfermedad de Parkinson?

Los resultados clínicos del tratamiento de la enfermedad de Parkinson con cannabis han sido bastante variados. El cannabidiol (CBD) ayudó a algunos pacientes con síntomas psicóticos, y a algunos con un trastorno del sueño de movimientos oculares rápidos. Según los informes, los estudios de observación con cannabis fumado, presumiblemente con altas concentraciones de THC, produjeron beneficios agudos sobre el temblor, la rigidez y la lentitud de movimientos. Los mejores resultados se mostraron en un estudio checo en 2004, en el que los pacientes comieron hojas crudas de cannabis durante hasta tres meses e informaron una mejora significativa en la función general, temblor y rigidez, con pocos efectos secundarios.

¿Y qué hay del cannabis para la enfermedad de Alzheimer?

La historia con el alzhéimer es aún más intrigante. Se ha demostrado que tanto el THC como el CBD interfieren con la producción de materia tóxica anormal en el cerebro de los pacientes. Esto es bastante emocionante, ya que las drogas sintéticas diseñadas para propósitos similares aún tienen que avanzar en ensayos clínicos.

Tanto el THC como particularmente el CBD son agentes neuroprotectores conocidos que tienen el potencial de ralentizar o incluso detener el proceso degenerativo de estas células. Por el lado de los síntomas, el THC como agente único ha demostrado ser beneficioso en pacientes con alzhéimer para reducir la agitación nocturna, mejorar el sueño y el apetito. Las observaciones de pacientes en hogares de ancianos en California también han producido beneficios similares.

Existen varios productos farmacéuticos aprobados para tratar la pérdida de memoria en el alzhéimer, pero todos tienen beneficios leves de forma temporal. Todos están diseñados para aumentar la cantidad de acetilcolina, una sustancia química que actúa en la transmisión de los impulsos nerviosos (es conocida como molécula de memoria en el cerebro) que se agota en los pacientes con alzhéimer. Curiosamente, el terpeno alfa-pineno es capaz de aumentar la acetilcolina al inhibir su descomposición. Y con menos efectos secundarios que los medicamentos convencionales.

Escuchamos mucho sobre THC y CBD, pero ¿qué pasa con el papel de los terpenos?

Los terpenos son compuestos aromáticos de las plantas que definen los aromas y sabores. Algunos de estos, cuando se combinan con cannabinoides, aumentan sus efectos de modo que el resultado es mayor que la suma de las partes. Además del papel del alfa-pineno para combatir los déficits de memoria, se ha demostrado que un componente del aceite esencial de lavanda y del cannabis, el linalool calma la agitación en la enfermedad de Alzheimer. El terpeno limoneno, común a los cítricos y al cannabis, es un poderoso antidepresivo e inmunoestimulador. El cariofileno, un terpenoide con la distinción de ser también un cannabinoide, es de importancia clave, ya que puede ayudar a eliminar los excesos de proteína beta-amiloide en el cerebro. En pacientes con enfermedad de Alzheimer, los fragmentos de proteína beta-amiloide se acumulan en el tejido y los vasos sanguíneos del cerebro, probablemente por un mecanismo de depuración defectuoso.

Los productos de CBD son populares ahora. ¿Pero qué precio se paga cuando eliminas el THC de la ecuación del cannabis?

Se puede pagar un precio muy alto si los medicamentos a base de cannabis carecen de THC. Está claro por lo anterior que el THC tiene un papel importante que desempeñar tanto en el tratamiento sintomático de la demencia como, posiblemente, en el beneficio preventivo. Los peligros del THC han sido enormemente exagerados por los políticos alarmistas y lobbies anti-cannabis, particularmente en contextos donde las alternativas han sido extremadamente decepcionantes y en realidad son mucho más problemáticas. Se requieren dosis muy pequeñas de THC y sus beneficios superan cualquier riesgo en forma de medidas saludables.