Que la legalización del cannabis en Estados Unidos está siendo un revulsivo para el desarrollo de la industria agrícola es hoy un hecho. En California, una tecnología novedosa para clonar plantas ha llamado la atención a los productores de café: a través de ella pueden prevenir enfermedades y plagas a la plantación, así como controlar su rendimiento. Un logro que otros quieren empezar a aplicar también en sus cultivos. 

Los investigadores de Front Range Biosciences, en Estados Unidos, han desarrollado un método de control de calidad para producir plantas de marihuana libres de virus y bacterias. Con esta novedosa tecnología han tenido su eco en otros sectores de la agricultura, como es el café, y se espera que pronto lleguen a otro tipo de cultivos como el del plátano, el azúcar o el lúpulo. Pero la noticia ha saltado con la compañía californiana Frinj Coffee, que ha hecho pública la colaboración con la industria cannábica para obtener unos resultados de calidad en sus plantaciones.

Frinj Coffee es una empresa peculiar, ya que sus plantaciones de café se encuentran en las colinas de Santa Bárbara, una región demasiado norteña para que haya tradición cafetera: las grandes compañías se encuentran cerca de los trópicos, donde el grano se desarrolla sin mayor problema, y no es habitual que este resista climas que pueden considerarse fríos. Sin embargo, la variedad que Frinj Coffee ha desarrollado es única: se llama geisha, y se ha adaptado a un entorno continental que nada tiene que ver con las selvas tropicales de Centroamérica.

En cambio, el clima californiano (sobre todo en la región conocida como el Triángulo Esmeralda) es idóneo para el cultivo de marihuana. Esto, sumado a una legislación pionera en Estados Unidos, ha hecho de California uno de los motores económicos principales del cannabis en el nuevo continente. Gracias a ello también se están consiguiendo grandes avances científicos y agrícolas en la Costa Oeste, como es el caso de la tecnología denominada ‘clean stock’ (que vendría a significar ‘material o existencias limpias’). De ella no solo se están beneficiando los cultivos de marihuana, sino que pronto las vecinas plantaciones de café podrían ser diseñadas en laboratorio para ser más saludables y productivas.

En qué consiste este sistema de clonación

Fort Range Biosciences ya ha anunciado que proporcionará a Firj Coffee más de 3 millones de plantas ‘limpias’ en los próximos cuatro años, pero ¿cómo logran crear plantas libres de enfermedades? 

Todo surge de los problemas habituales que tenían los cannabicultores de la zona, quienes, aunque solo dedicaban medio año al cultivo de marihuana, veían sus plantas diezmar por hongos, virus y plagas varias. Esto era especialmente catastrófico cuando los productores habían clonado el cultivo, es decir, cuando habían identificado la mejor planta de la cosecha, y tomando muestras de su tejido habían creado otras a su imagen y semejanza. El problema de esto es que si clonas una planta aparentemente saludable pero en realidad vulnerable terminas con un cultivo ruinoso. 

Por ello, Front Range Biosciences comenzó a desarrollar, en torno a 2016, un método de cultivo de tejidos que pudiese evitar todos estos problemas. Cuando ellos toman dichas muestras de cannabis para clonarlas, se aseguran de que no contengan bacterias y virus, vigilando su entorno en contenedores y alimentándolas con los nutrientes y la cantidad de luz adecuados.

“Puedes controlar ciertos procesos de la planta a través de sus hormonas, desde el enraizamiento hasta el desarrollo de las ramas”, explica Jon Vaught, CEO de Front Rage. “Se trata realmente de un proceso de fabricación de plantas a medida. Controlando el entorno no es necesario lidiar con plagas y enfermedades, porque no tienes que utilizar pesticidas”. El cliente simplemente recoge los esquejes sanos y los planta en su invernadero, donde crecerán sin dar excesivos problemas.

Este mismo proceso puede funcionar también con las plantas de café. Aunque lo que preocupa a Frinj Coffee no son las enfermedades o plagas locales del sur de la región: la empresa californiana parte con la ventaja de no tener las enfermedades típicas que asolan a las regiones cafeteras, y el método de limpieza les permitirá asegurarse de que sus cultivos estarán a salvo de las lejanas enfermedades tropicales. Lo que realmente le inquieta es la preciada genética de sus plantas

Aunque tradicionalmente se toman las semillas de la planta que más ha gustado para continuar con una buena descendencia, eso no asegura sorpresas. “Obtienes una planta determinada de una variedad, pero siempre hay un 5 o 15 % de posibilidades de que haya polinización por el viento de otras plantas, y que esto termine por cruzar la semilla e hibridar variedades de forma natural”, explica Jay Ruskey, CEO de Frinj Coffee.

Front Range está trabajando con sus distintas variedades para construir una base de datos genética que asegure un futuro con las plantas más selectas. Esto significa que la variedad de café geisha, capaz de desarrollarse bien en climas menos tropicales, no verá su pureza amenazada por la polinización accidental con otras especies. 

Pero no todo son ventajas en este método de clonación. La diversidad genética, por lo general, es buena: al no ser todas las plantas idénticas en un cultivo de café, unas pueden sobrevivir a una determinada enfermedad gracias a sus genes singulares. Por lo tanto, algunas pueden sobrevivir y la cosecha no se arruina del todo. Así, el problema de perder diversidad genética es que te expones más a perder todas las plantas con una enfermedad.

“Existen algunos riesgos asociados a tener una plantación con clones, pero al mismo tiempo vale la pena. Podemos mantener decenas, cientos o miles de variedades únicas seguras y sanas, y en caso de enfermedad siempre podríamos repetir el proceso”, explica Vaught. A lo que se refiere el investigador es a que Front Range guarda las muestras de cada variedad para asegurarse su continuidad en caso de males.

La firme marcha hacia la legalización de la marihuana en todo Estados Unidos está moviendo mucho dinero a la industria cannábica. Esto se traduce en grandes avances tecnológicos y científicos en el sector, que a su vez están ayudando a la agricultura en su conjunto a desarrollarse. “La aparición de un nuevo cultivo de alto valor como es el del cannabis abre oportunidades para la innovación y la mejora del sector agrícola”, opina Vaught. Sin duda, el fin de la prohibición del cannabis está trayendo muchos efectos colaterales positivos, entre los que ya se cuenta disponer de un café con denominación de origen de mayor calidad.