Todos funcionamos mejor con una taza de café por las mañanas (algunos con más de una), y para las plantas no iba a ser menos. Aunque ellas no necesitan del café recién hecho, sino de los posos que tiras a la basura cuando vas a limpiar la cafetera: son una fuente de materia orgánica estupenda que proporciona los minerales necesarios para que la planta esté en buena forma. Descubre cómo hacer uso de ellos aprovechando al máximo las posibilidades de crecimiento de tu cultivo de marihuana (y de una forma muy económica).

¿Eres amante del café y de la marihuana? Apunta: guarda las sobras del café molido de cada mañana y tu cultivo de cannabis te lo agradecerá. Añadir posos a la tierra es un sistema casero, natural y económico, que puede potenciar la vitalidad de las plantas y no entra en conflicto con otros productos que suelas utilizar durante el proceso. En este sentido, no debemos tomarnos este remedio como un sustituto de los demás abonos, sino como un complemento que va a ayudar a nuestras plantas a tener la fuerza necesaria.

La cafeína le da vigor y empuje a la marihuana. Es un residuo orgánico que, como cualquier otro, ayuda a mejorar la salud del sustrato, pero con la diferencia de que la cafeína aporta un enérgico arranque. Eso sí, siempre y cuando sepas cómo y cuándo utilizar las sobras. Pero no te preocupes, a continuación te explicamos por qué el café es la clave para aumentar las posibilidades de tu producción.

Los posos de café, nutrientes para aburrir

Los posos de café son ricos en nutrientes como el magnesio, el potasio y el nitrógeno. Este último es especialmente importante para las plantas, porque las ayuda a desarrollar hojas más verdes, que les permiten producir energía a través de la fotosíntesis. Además, sin este componente se marchitan. Por otro lado, las sobras llevan ácidos, especialmente útiles en suelos alcalinos, que mejorarán gracias a esta acidez y te ayudarán a evitar así algunas plagas. Por otra parte, si tus plantas son especialmente sensibles, no te preocupes: la acidez se irá neutralizando a medida que el café se descompone. 

Adiós a las plagas

Asimismo, los restos del café recién hecho actúan como un excelente repelente de insectos y ayudan a defender a las plantas de las plagas. Su fuerza y, como te decíamos, su ácido, dan como resultado una barrera contra las babosas y los caracoles. Otra función que tienen es que, junto al resto del compost que utilices como abono, es un magnífico alimento para los gusanos: estos se alimentan del material orgánico y expulsan lo que se conoce como humus de lombriz, cuyos nutrientes y microbios ayudan a descomponer la estructura del suelo de forma beneficiosa.

Es vital equilibrar la dieta de las lombrices con otros materiales orgánicos y no pasarse con los posos de café, porque es posible que estos seres no sean capaces de aguantar un alto nivel de acidez. Por otra parte, los hongos serán un problema menor, ya que la presencia de café en la tierra los previene e impide la infección.

Cómo preparar un abono con posos

Lo primero que debes saber es que los posos deben mezclarse bien con el sustrato de la planta. Y, por supuesto, jamás riegues las plantas con café, porque enfermarían. Partiendo de esta base, lo siguiente que debes tener en cuenta es cuándo hacerlo: no puedes echar abono cuando te plazca; únicamente es necesario una o dos veces durante todo el ciclo. Hacerlo más veces supondría sobrecargar de intensidad a las plantas. El momento más propicio es al plantar o trasplantar.

Las dosis son relativas, porque dependen del tamaño de tu cosecha. Por ejemplo, si tu macetero no es muy grande, entonces no deberías echar el poso completo. Si eres principiante y te da cierto reparo lo que pueda pasar, te aconsejamos que mejor uses solo media carga (en caso de tener una cafetera grande). Además, así puedes observar los efectos e ir cogiendo experiencia para una próxima vez. 

Recuperar lo irrecuperable

Todas esas cosechas débiles y de capa caída a las que le quedan apenas dos telediarios necesitan cafeína para revivir. Antes de dar a la planta por muerta, puedes regalarle una carga de energía con este método. Trasplántala y mezcla una carga de poso de café con el nuevo sustrato y los abonos necesarios. La textura del café molido es una condición buenísima para cualquier tipo de suelo por su ligereza y granulado, creando así un buen drenaje. Ahora te queda esperar y observar los resultados.

Seguro que nunca imaginaste que la maravillosa combinación de café y cannabis apuntara tan alto. Nutre tu cosecha tal y como te hemos explicado para que puedas seguir consumiendo la mejor marihuana con tu taza de café cada mañana. Más delicioso y barato imposible, ¿no?