En Denver, donde el consumo es legal si se cumplen determinados criterios, se ha puesto en marcha un peculiar servicio destinado a los fumadores de marihuana. Este se encuadra dentro del éxito que está experimentando el turismo cannábico, que se está demostrando como una importante fuente de ingresos para empresas y administraciones públicas.

En el mundo del cannabis, la innovación está a la orden del día. Son innumerables las iniciativas que aparecen para que los aficionados disfruten de su afición. El sector está en auge, y empresas, emprendedores e inversores lo saben. Por eso, no dudan en ofrecer nuevos servicios cada vez más sorprendentes. Con todo ello, la imagen del fumeta tirado en el sofá y un tanto asocial está siendo sustituida por la de gente abierta y sociable que es capaz de divertirse mientras disfruta de cannabis de una manera responsable.

Fumando sobre ruedas (pero no al volante)

En esta línea, desde finales de 2016, los amantes de la planta pueden disfrutar de un original servicio en Denver, capital de Colorado. El 'Loopr's Green-Line' es un servicio de autobuses acondicionado con todo tipo de objetos y complementos, para que la gente que lo desee consuma cannabis en su interior. Pero la diversión no solo consiste en eso, sino que cuenta con otros servicios muy útiles e interesantes, como ‘catering’ y azafatas. Todo ello en un entorno multimedia con proyecciones de vídeos musicales y espectáculos de luz láser que estimulan los sentidos y con una capacidad máxima de 46 pasajeros.

Con el autobús se realizan rutas que paran en diferentes establecimientos, la mayoría vinculados con el sector, como ‘grow shops’ en los que comprar el material (aunque dentro se puede fumar, no se vende marihuana). Además, también se detienen en otros tipos de establecimientos, como cervecerías o bares, ya que en el interior no se permite el consumo de bebidas alcohólicas. Una persona solo puede llevar encima 1 onza (alrededor de unos 28 gramos), que es lo que la legislación considera razonable que un individuo consuma en un día.

Para acceder a este autobús, siempre y cuando se tenga más de 21 años, basta con comprar los billetes en la página web o mediante una aplicación creada por la empresa, en la que además se publican otras informaciones de interés. Para montarse en los autobuses, los usuarios deben hacerlo en las paradas que la compañía dispone por la ciudad, en las que, además, se informa de la frecuencia de paso. 

Aunque actualmente opera solo en Denver, ya se está proyectando un servicio similar en otros lugares, como California y Massachusetts.

El turismo cannábico: una importante fuente de ingresos

Para entender cómo se ha puesto en marcha un servicio de estas características, es necesario conocer el contexto y la situación legal de la marihuana en Colorado. Aquí es legal el consumo, pero no de forma pública. Es decir, se puede fumar siempre que se haga de forma discreta en el ámbito privado.

La aparición de estos autobuses se fundamenta en una laguna legal, según la cual se puede consumir marihuana en las partes traseras de los vehículos cerrados, que se consideran un espacio privado. Esta legislación permisiva ha permitido que Colorado se convierta en un destino turístico cuya principal atractivo resulta, precisamente, el consumo de cannabis.

Ello ha generado un flujo continuado de visitantes que provienen de otros territorios para aprovechar de este clima tolerante. De hecho, los datos oficiales señalan que el turismo de cannabis ha crecido un 51 % desde 2014. El Departamento de Ingresos de Colorado afirma que el estado recibió unos 6,5 millones de turistas de cannabis en 2016. Se estima que esta tendencia se mantendrá y que la cifra se ha incrementado al menos un 6 % en 2017. 

Los datos también demuestran que el factor demanda afecta al precio de la marihuana. Así, en las zonas más turísticas, donde mayores son las solicitudes, el precio supera al de aquellas zonas del estado en las que el flujo de este tipo de visitantes es menor. Ello, en consecuencia, ha generado que la administración recaude importantísimas cantidades económicas en concepto de impuestos al consumo, que generalmente se establece como porcentaje sobre el precio. Si se analiza desde 2014, año en el que se legalizó la marihuana, el estado ha ingresado más de 5200 millones de dólares (4500 millones de euros) gracias a las ventas. 

Un negocio con futuro, pero con ciertas dudas

Sin embargo, la situación legal del cannabis, en un país en el que el ordenamiento jurídico es complejo por su propia estructura política y administrativa, puede estar frenando el crecimiento de un sector con mucho más potencial.

La configuración federal de Estados Unidos permite una amplia autonomía, por lo que cada estado legisla conforme a sus propios intereses en una multitud de materias, como en lo concerniente a la situación del cannabis. Sin embargo, las leyes federales son muy restrictivas a pesar de pequeños avances, como el logrado en las últimas semanas con el cáñamo industrial y la aprobación de la Ley de la Mejora de la Agricultura, que abre algunos resquicios, aunque todavía muy pequeños. De tal forma, la diversidad legal es la causa de que se extienda una cierta sensación de inseguridad jurídica, lo que provoca reticencias entre los posibles operadores e inversores, que no se atreven a invertir en el sector y evitan promocionar el turismo de cannabis.