La marihuana siempre ha sido un ingrediente muy querido en el mundo de la repostería. La mantequilla actúa de medio ideal para disolver el THC de la planta y se convierte en la mejor forma de elaborar un comestible cannábico rico en aroma y potencia. Desde la famosa 'space cake' a galletas, 'brownies' e incluso helados, el universo de los postres cannábicos es tan amplio como psicodélico: el poder psicoactivo es bastante mayor que al fumar o vaporizar, por lo que conviene conocer las medidas idóneas. Os contamos algunas de las recetas más populares para deleitar paladar y mente estas Navidades.
El cannabis es un ingrediente liposoluble, lo que significa que se puede disolver en grasa para conservar sus propiedades y cannabinoides. De ahí que el medio de cocción más utilizado para platos cannábicos sea la leche (entera) y la mantequilla, aunque también se puede disolver en aceite. Los principios activos son absorbidos por las materias grasas cuando estas se calientan a 60 ºC; en ese punto, el THC y resto de cannabinoides se fusionan con la mantequilla o aceite en un 80 %. En el alcohol, los principios activos se liberan en un 40-60 % y en el agua directamente no se liberan.
Mantequilla cannábica, la base de todo buen postre
Esto convierte a la mantequilla en el ingrediente favorito por los usuarios a la hora de elaborar un producto comestible cannábico. Se trata de un método que suele gustar a las personas que no quieren entrar en contacto con el humo, pero también a los que desean probar experiencias nuevas en sus viajes mentales, ya que además de ser una alternativa más sana a fumar es más potente en el efecto psicoactivo.
Por inocente que parezca, la repostería cannábica tiene un poder psicoactivo superior a la de un canuto o un vaporizador. Al quemar la marihuana cuando fumamos, un 60 % de ella se pierde al convertirse en humo y volatilizarse, proceso que no ocurre cuando la disolvemos en mantequilla (donde aprovechamos el 100 %). Además, cuando ingerimos alimentos cannábicos el THC pasa por los riñones, sufriendo una transformación que incrementa su potencial psicodélico. Esto significa que las dosis a la hora de cocinar y comer deben ser prudentes y no se pueden asemejar a las de cuando fumamos.
El colocón con un postre de marihuana es progresivo y lento. El subidón puede aparecer a la media hora o a la hora y no estar en su punto álgido hasta la hora y media o dos horas. Esto implica que debemos ser pacientes. También, aunque la receta te haya quedado especialmente rica, es importante no sobrepasar las dosis recomendadas y comenzar con poco para luego incrementar cuando haya pasado un tiempo y sepamos en qué nivel del viaje estamos. Teniendo claras estas premisas vamos a sumergirnos en algunas de las recetas más populares y locas de la repostería verde:
Repostería de altos vuelos
Se suele recomendar una dosis de marihuana de 0,5 gramos por persona en cualquiera de las recetas; no obstante, cada usuario va probando su tolerancia y subiendo las dosis. A partir de ‘cannabutter’ (mantequilla cannábica) se pueden hacer todo tipo de deliciosos y dulces platos, como ‘brownies’, galletas, bizcochos o helados. Las cantidades para elaborar ‘cannabutter’ suelen ser 5 gramos de marihuana o 50 gramos de hojas por cada 100 gramos de mantequilla.
Así, se puede hacer también con los restos de la cosecha en lugar de con cogollos; en ese caso, la dosis de materia verde serán la mitad que de mantequilla. La idea es poner mantequilla en una cazuela y calentarla hasta que se deshaga, después añadir la marihuana bien triturada y remover todo a fuego lento una media hora o más. Una vez colada y reposada, esta ‘cannabutter’ será la base esencial de muchos de nuestros postres.
Por ejemplo, para unas galletas cannábicas al estilo ‘cookies’ necesitaremos, además de 150 gramos de ‘cannabutter’, 400 gramos de harina, 1 sobre de levadura, 2 huevos, 160 gramos de azúcar, una cucharada de vainilla y 90 gramos de bolitas de chocolate. Mezclamos los huevos y el azúcar con la mantequilla por un lado, y la levadura, la harina y la vainilla por otro. Luego juntamos todo hasta que quede una masa espesa, añadimos las pepitas de chocolate y hacemos la forma de la galleta con la mano. Metemos una bandeja al horno a 150 ºC unos 45 minutos, dejamos reposar y ¡‘voilà’!
Otra receta popular entre los más golosos es la del ‘brownie’ cannábico, esta vez con 100 gramos de ‘cannabutter’ que deben fundirse con otros 150 de chocolate en polvo. Mientras, batiremos en un bol 4 huevos, una taza de azúcar y una cucharada de vainilla; cuando esté bien mezclado le añadiremos media taza de harina. A esta mezcla le sumamos la mantequilla cannábica chocolateada y removemos todo bien hasta dejar una textura suave y sin grumos. Tras ello, añadimos nueces. Se cubre el recipiente escogido con papel vegetal y se mete todo al horno a 150 ºC unos 40 minutos. Solo hay que esperar a que se enfríe para que lo degusten 4 intrépidos comensales.
Para hacer helado de marihuana, conviene cambiar un poco las medidas del ‘cannabutter’, ya que esta vez disolveremos con nata también. En lugar de 8 gramos de cannabis para 175 gramos de mantequilla, lo haremos con 125 gramos de mantequilla y medio litro de nata, siempre cocinando la ‘cannabutter’ primero y luego juntándolo todo bien removido. Añadiremos la fruta machacada con la que queramos dar sabor a nuestro helado, ya sean fresas o platano, y un toque de miel o caramelo. Por último, dejaremos todo mezclado en un recipiente y en el congelador.
El flan de cannabis es una receta en la que prescindiremos de la mantequilla cannábica, ya que nuestro medio para disolver el THC será la leche. Unos 5 gramos (que pueden ser más) de cannabis para 750 ml de leche suponen 10 raciones de flan si los comensales son inexpertos. Calentamos unos 15 minutos la leche sin que hierva con los cogollos y una cucharada de vainilla. Mientras, en un bol batimos 5 huevos con 10 cucharadas de azúcar. Cuando la leche se haya templado mezclamos todo y lo metemos al horno 60 minutos. Al terminar el tiempo pincharemos el flan por el centro para comprobar que se ha terminado de hacer.
Con mantequilla cannábica podríamos hacer infinidad de tartas y bizcochos basándonos en cualquier receta normal, simplemente añadiendo nuestra base secreta. En Ámsterdam toda esta clase de pastelitos de marihuana fue bautizada como ‘space cakes’, cuyas recetas son relativamente sencillas y a gusto del pastelero; solo se tiene que sustituir la mantequilla por la ‘cannabutter’ y a volar.
En definitiva, hacer repostería con marihuana supone un ritual bastante popular y divertido que todo usuario debería probar alguna vez en su vida, siempre teniendo en cuenta que, si es la primera vez, no se recomienda pasar de 0,5 gramos de cannabis por persona. El invierno pide dulce, y tu mente cannabis. ¡Manos a la obra!
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