Las hojas son un fiel termómetro de la salud de un cultivo. Que tus plantas de cannabis comiencen a mostrar un color amarillento en los hojas nunca es una buena señal. Pero ello no quiere decir que no tenga solución si se da con la causa del marchitamiento. La mayoría de veces tiene que ver con carencias o excesos relacionadas con el riego, los nutrientes, la exposición solar o el pH del agua, aunque también se puede tratar de alguna plaga o enfermedad.
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Cuando las hojas de una planta empiezan a mostrar cambios en el color y la forma es que nos están indicando que algo no va bien. Conocer cuál es el motivo exacto del achaque es fundamental para sanarlas y que continúen su crecimiento con normalidad y sin sobresaltos. Existe un amplio abanico de causas por las que una planta de cannabis comienza a marchitarse, pero no todas requieren de la misma solución, por lo que el primer paso es identificar el origen del deterioro.
La primera regla es que debes guardar la calma y no lanzarte a quitar todas las hojas amarillentas que te encuentres. Recuerda que estas son la herramienta que utiliza la planta para recoger la energía del sol, por lo que quitarlas afectaría seriamente a la fotosíntesis y, si se trata de una planta joven, podría acabar en tragedia.
Si en cambio es una planta ‘de avanzada edad’ (es decir, en las últimas semanas de floración), no te alarmes. Es bastante común que las hojas cojan un color amarillo y terminen por caerse en esa fase. Muchas veces tiene que ver con el proceso final de lavar las raíces al término de la floración para eliminar los nutrientes residuales, lo que suele causar la marchitación de las hojas.
¿Hojas de marihuana amarillas? Poca o demasiada agua
La aparición de hojas amarillas suele ocurrir tanto cuando dejamos de regar la planta unos días como cuando la estamos ahogando en agua. El exceso de riego suele ser una metedura de pata muy común en los cultivadores noveles: no es difícil inundar la planta sin querer cuando aún es joven y la maceta en la que está es grande. En estos casos es mejor no regar toda la tierra del recipiente, sino apenas un círculo alrededor de la planta hasta que esta comience a dar el estirón, e ir incrementando el riego a medida que se desarrolle.
Es vital para que una planta de cannabis prospere que disponga de un ciclo de riego adecuado, sin excesos ni carencias de agua. Para saber cómo está aceptando tu planta la cantidad de agua que le echas lo mejor es levantar la maceta cuando esté seca y cuando esté recién regada, con el fin de comprobar las diferencias de peso.
Si no quieres andar levantando macetas pesadas, lo mejor es comprar un medidor de humedad y colocarlo en la tierra de la planta. Para cultivos de sistema hidropónico hay que ser incluso más meticuloso y comprobar que programadores, depósitos, difusores y bombas están configurados de forma correcta desde el comienzo del cultivo. Y por supuesto, revisarlo todo con cierta frecuencia.
¿Hojas amarillas en crecimiento indoor? Sobreexposición o falta de luz
Es habitual encontrar hojas amarillas en la base de la planta cuando esta ha crecido. Se trata de un problema de carencia de luz que se suele dar cuando la planta se desarrolla y empieza a dar sombra a las hojas más inferiores de la planta, que empiezan amarilleando y terminan por caerse.
Esta cuestión termina por ser normal en plantas de exterior, aunque si la caída es excesiva hay que replantearse mover la planta a un lugar donde absorba la energía solar de forma más homogénea. Cuando se trata de un cultivo de interior la solución puede ser más fácil, puesto que hay todo tipo de tecnologías de luces que ayudan a mejorar la productividad y a que la energía llegue a todas las esquinas de la plantación.
Es en los cultivos de interior donde se da con más frecuencia el caso de hojas y cogollos amarillos por un exceso de intensidad lumínica. Aquí ocurre al contrario: son las hojas y brotes superiores de la planta los que empiezan a dar estos síntomas. Como se trata de un problema que viene de arriba abajo, hay que recolocar las lámparas a una distancia adecuada para que no quemen las plantas; para ello lo mejor es seguir las instrucciones del fabricante.
¿Hojas amarillas en floración? Niveles inferiores o superiores de pH
Las hojas amarillentas pueden ser una señal de advertencia de que no existe un equilibrio adecuado de fertilización y de que los niveles de pH no son los más apropiados. Cuando no estamos en el nivel de pH idóneo, la planta no absorberá todos los elementos y nutrientes de las soluciones que apliquemos.
Si estamos cultivando en sustrato, en macetas normales y corrientes, los niveles de pH deben estar entre 6 y 7, mientras que si estamos utilizando un sistema hidropónico, el intervalo recomendado oscila entre 5,5 y 6,5. Los desequilibrios son más comunes en los sistemas hidropónicos, puesto que, al no haber sustrato que actúa de amortiguador, las plantas son mucho más sensibles al agua.
Para este asunto más delicado lo mejor es tener a mano un medidor de pH y comprobar con regularidad los niveles. También existen abonos para cannabis con soluciones que ayudan a ajustar los niveles al intervalo correcto.
Excesos y carencias de nutrientes en la fertilización
Las plantas de cannabis también necesitan la cantidad justa de nutrientes, según la fase de crecimiento. Aunque los dosis vienen bien explicadas en cada envase de fertilizante, no es raro pasarse o quedarse corto al añadirlos al agua. Ante estos despistes las hojas son un buen espejo y según su apariencia te indican cuál es el nutriente que están echando en falta:
- Si las hojas comienzan a mostrar un color blanquecino en las puntas, se tratará de una deficiencia de zinc.
- Las manchas amarillas en las hojas superiores de la planta son síntoma de falta de manganeso.
- Cuando el tono blanquecino aparece en los bordes y venas de las hojas, se trata claramente de una falta de magnesio.
- Si algunas partes de la hoja toman un color rojizo anaranjado, la planta sufre escasez de azufre.
- Los brotes grisáceos o muertos revelan una falta de boro.
- Si las hojas comienzan a envejecer con un tono amarillento, será debido a un déficit de nitrógeno.
- Las manchas amarillas y circulares en las hojas jóvenes indican insuficiencia de calcio.
- Cuando los bordes de las hojas se rizan y muestran un aspecto quemado, la planta manifiesta una carencia de potasio.
- Si las hojas inferiores se curvan y adoptan un color oscuro, la planta nos está delatando una grave falta de fósforo.
Todas estas insuficiencias se combaten con fertilizantes ricos en el nutriente que la planta echa de menos. Para aplicar bien las soluciones con agua es importante lavar bien las raíces antes. Un buen truco es hacer un calendario e ir aumentando progresivamente las dosis para ver cómo responde la planta, porque tan peligrosas son la falta de nutrientes como el terminar quemándola por abusar de ellos.
Hojas amarillas por las plagas y enfermedades
Los cambios de aspecto de las hojas también pueden advertir que hay presencia de insectos y hongos en la planta o que está padece una enfermedad. Las plagas suelen reconocerse a simple vista, cuando ves por tu planta una serie de pequeños depredadores correteando. Más sutiles son los microorganismos o los hongos como el mildiu y oidio, que suelen instalarse en la hojas formando manchas que luego se transforman en polvo blanco, generalmente en la parte superior de la hoja.
Para evitar estas adversidades lo mejor es aislar bien la zona de cultivo, tanto en interior como en exterior. En interior será más sencillo, ya que se suelen utilizar armarios, pero requerirá también de una higiene disciplinada. Mientras, en exterior habrá que tener cuidado con los animales domésticos, que suelen ser los portadores de plagas e insectos.
En definitiva, cualquier anomalía en el color y aspecto de las hojas está revelando un problema que mientras sea abordado con conocimiento no debería impedir que la cosecha salga adelante.
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